Tercer largometraje de Ivan Reitman y la película que le consagró en todo el mundo como uno de los directores de comedia más eficaces del momento. Se trata de una película gamberra, de adolescentes descerebrados, cuyo éxito no solo propició dos secuelas, sino que abrió las puertas a todo un subgénero de filmes similares. La película significó el debut de Bill Murray, quien saltaría a la fama, gracias a dos colaboraciones más con Reitman, "El pelotón chiflado" y "Los cazafantasmas"; ambas acompañado ante la cámara por uno de los guionistas de la que nos ocupan: Harold Ramis. La cinta se convirtió en un gran éxito en todo el mundo y, en especial, en su país de origen, Canadá.
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