Aunque la adaptación es esforzada, el lastre teatral pesa mucho. En algunos momentos se da la impresión de que estamos en Broadway y no en un patio de butacas o en el salón de casa. Eso no es negativo ni es positivo. Es poco cinematográfico. Aún así está la parte positiva, un reparto impresionante y excelentes interpretaciones de Katharine Hepburn como la alocada condesa arruinada que perdió el amor de su vida, convirtiéndose en una especie de Moños a la francesa, o el trapero que interpreta Danny Kaye en un registro diferente al habitual. Una de sus mejores actuaciones cinematográficas donde demuestra con autoridad su vena dramática. Todos están bien y ninguno desentona. Es remarcable la fotografía de la película que es asimismo de gran calidad y elegancia, muy propio de Bryan Forbes. A pesar del poco crédito de esta película en las historias de cine, en la actualidad la podemos valorar como una cinta adelantada a su tiempo. En algunos momentos incluso parece que es actual y que estamos ante un riguroso estreno, no ante un título añejo. Un filme a valorar y a redescubrir. (Salvador Sáinz)
ASÍ QUE TENDREMOS QUE RESUBIR LOS CONTENIDOS AL TIEMPO QUE SUBIMOS NUEVOS APORTES.
MIENTRAS DURE ESTA SITUACION ROGAMOS PACIENCIA Y BUENOS MODALES
ESTAMOS HACIENDO LO QUE PODEMOS