Van Damme comenzó con su adicción a la cocaína a mediados de los años 1990. Entró en un programa de rehabilitación de un mes de duración en 1996, pero lo dejó después de una semana. Para 1996 su gasto en cocaína ascendía a $10 mil dólares por semana. Su salud empeoró a finales de 1997, después de haber firmado los papeles del divorcio donde se le acusaba de abuso conyugal y adicción a las drogas. En su reality show Jean-Claude Van Damme - Behind Closed Doors, Van Damme culpa a su adicción a la cocaína por las malas decisiones que tomó en cierto punto de su carrera. Lo anterior al rechazar papeles no estelares en películas de alto presupuesto que no equiparaban su salario con el que tenían en ese entonces actores de la talla de Jim Carrey, por ejemplo. Van Damme afirma que superó su adicción a las drogas por cuenta propia, sin centros de rehabilitación ni terapias