
Para el primer programa de temporada diría que me parece buena apuesta. El programa tiene ingredientes que funcionan: desafío claro, entretenimiento familiar, buen presentador y una mecánica sencilla de entender. Si mantienen el ritmo, logran que los concursantes generen empatía y juegan bien con el suspense, pueden seguir manteniendo el éxito de la primera temporada.
Mi nota para este arranque la situaría en un 7,5/10: con margen para que se consolide como un “pegapantallas” fuerte los miércoles, pero sin que sea perfecto aún — dependerá de su evolución.