Las personas agradecidas son más felices y están más satisfechas con su vida, sus amistades, su familia, su comunidad y su persona. Experimentan más esperanza, optimismo y autoestima y rinden más en la escuela y el trabajo.
La gratitud está relacionada con una mayor compasión, dando lugar a relaciones más sólidas. También se asocia con un estilo de vida más saludable, un mejor descanso, un sistema inmune fortalecido y menos emociones negativas como la envidia, la depresión, el sentimiento de soledad y el materialismo.
La gratitud contribuye a la esperanza, la resiliencia y el afrontamiento de las crisis. Puede ayudarnos a gestionar emociones como la pérdida y el estrés.
La gratitud puede aumentar los neuroquímicos esenciales. Una mentalidad optimista libera neuroquímicos del bienestar como la dopamina, la oxitocina y la serotonina.